PROMETEO Y PANDORA (MITOLOGÍA GRIEGA)


¡¡Hola, curiosos y creativos!!

Como ya sabéis, me encanta la mitología de todas las culturas. La prueba está en que he utilizado siempre un componente mitológico en todas mis novelas paranormales. En la saga Scherzo (Scherzo, Preludio, Finale appassionato) el punto fuerte es la mitología hebrea, aunque lo pasé en grande jugando con las similitudes entre distintas culturas, como son la griega, egipcia y celta. 

 

En El lamento del chacal mezclaba la mitología egipcia con el mito griego de la Atlántida. Supongo ue os haréis una idea de mi fascinación, ¿no? 🙂

En esta ocasión os hablaré del mito de Prometeo y también del de Pandora, ambos relacionados entre sí. ¡Espero que os guste!

 

Existen muchísimas versiones del mito de Prometeo, así como de Pandora. Escribirlas todas aquí sería interminable y aburrido, así que he intentado resumirlas un poco.

Prometeo creando al hombre. Constantin Hansel.

Prometeo era hijo de Jápeto y la oceánide Asia (o, en otras versiones, de Clímene). Era hermano de Atlas, Epimeteo y Menecio; aunque Prometeo siempre destacó sobre sus hermanos gracias a su astucia.
Se dice que Zeus les encomendó la tarea de crear a la humanidad y de proveer a los seres humanos y a los animales todo lo necesario para sobrevivir. Prometeo creo así a los hombres y para que fueran superiores a los animales decidió darles una forma más noble y permitirles caminar erguidos. Moldeó un hombre semejante en aspecto a los dioses, pero de mucho menor tamaño. Así fue cómo creó a la humanidad y comenzó a enseñarles todo lo preciso para sobrevivir.

 

Los hombres lo veneraban y por ello Zeus comenzó a sentir envidia de Prometeo. A su vez, Prometeo amaba mucho a su creación y urdió engaños para que los hombres pudieran disfrutar de los sacrificios que ofrecían a Zeus.

 

Prometeo trayendo el fuego. Cossiers, Jan.

En su primer engaño, Prometeo realizó el sacrificio de un gran buey que dividió en dos partes: en una de ellas puso la piel, la carne y las vísceras, que ocultó en el vientre del buey y en la otra puso los huesos pero los cubrió de apetitosa grasa. Dejó entonces elegir a Zeus la parte que comerían los dioses. Zeus eligió la capa de grasa y se llenó de cólera cuando vio que en realidad había escogido los huesos.
Indignado por este engaño, Zeus arrebató el fuego a los hombres. Prometeo vio cómo sus creaciones sufrían a causa de la oscuridad y el frío y tomó la decisión de robar el fuego a los dioses.
Así fue cómo subió al monte Olimpo y lo cogió del carro de Helios (o de la forja de Hefesto, según la versión), y lo devolvió a los hombres, avisándoles de que fueran cautelosos y jamás aceptaran un regalo de los dioses, pues estos de seguro buscarían venganza.

Encolerizado por esta segunda ofensa, Zeus planeó su venganza por medio de una trampa. Ordenó a Hefesto que hiciese una mujer de arcilla a la que puso el nombre de Pandora. Pandora nació con una enorme belleza y todos los dioses quedaron prendados de su hermosura y la colmaron de dones.
Zeus, por su parte, le dio a Pandora una hermosa ánfora, que se suponía contenía inmensos bienes, y le ordenó que no la abriera bajo ningún concepto.

Prometeo encadenado. Rubens y Snyders

 

 

Tras esto, envío a la muchacha como obsequio a Prometeo, pero, por supuesto, Prometeo rechazó el regalo, lo que hizo que Zeus se enfureciera y decidiera castigarlo al fin por todas sus ofensas. Lo envió a las montañas del Cáucaso, donde fue encadenado por Hefesto. Zeus envió un águila (o buitre según otras versiones) para que se comiera el hígado de Prometeo. Cada noche, el hígado volvía a crecer para volver a ser devorado por el águila al día siguiente, y así por toda la eternidad.

 

 

 

Para tratar de aplacar la ira de Zeus, Epimeteo terminó por aceptar casarse con la bella Pandora. En realidad fueron felices durante un tiempo, pero la muchacha no había conseguido olvidar el ánfora que Zeus le había entregado y al final terminó por sucumbir a la curiosidad, tal como el astuto Zeus había previsto.

Pandora. Perugini.

 

 

Pandora abrió el ánfora, a pesar de todas las advertencias que le habían hecho al respecto, e, inmediatamente, comenzaron a salir los males que los dioses habían encerrado en ella como trampa para los hombres que, hasta ese momento, habían llevado una vida feliz y cómoda. Pandora intentó cerrar el ánfora, pero solo consiguió conservar la esperanza en su interior.

 

 

 

 

Con respecto a Prometeo, fue liberado de su castigo por Heracles, que mató al águila lanzándole una flecha. Como Heracles era el hijo amado y orgullo de Zeus, en esta ocasión no se enfadó, aunque exigió que Prometeo llevara siempre un anillo hecho con las cadenas que lo habían mantenido preso.
Agradecido por su liberación, Prometeo reveló a Heracles el modo de obtener las manzanas doradas de las Hespérides, pero esa es otra historia que os contaré en otra ocasión 😉

Y hasta aquí por hoy, espero que hayáis disfrutado de la entrada.

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18 pensamientos en “PROMETEO Y PANDORA (MITOLOGÍA GRIEGA)

  1. a veces ….. creo que fue bien.. que no le dijeran nada a ella.. para ver cual seria la acitiud que tomaria.. y comprobar cuanto era acorde a lo que le dijeron

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  2. Sí, pero yo me pregunto: ¿no hubiera sido más fácil contarle a Pandora lo que había dentro de la caja para que así no la abriera? Pero claro, como las mujeres somos malas por naturaleza y un poco tontas… en fin. Sin comentarios 😀

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