Archivo de etiquetas| Estefanía Jiménez

RICHARD RAMÍREZ Y LA HIBRISTOFILIA


El otro día os conté la historia de los asesinos de los páramos y a muchos os sorprendió, sobre todo la historia de Myra. Pero es que realmente no es algo muy extraño que una persona se enamore de un delincuente o una persona potencialmente peligrosa, a esto, seguro que muchos lo sabéis, se le llama hibristofilia. Este tipo de parafilia nos produce especial rechazo porque, ¿quién puede enamorarse o sentir atracción por un asesino? Pues muchas personas.

Miguel Carcaño, asesino de Marta del Castillo, tiene infinidad de seguidoras, José Rabadán, el asesino de la katana, también las tuvo en su día, Ted Bundy, que torturó, violó y mató al menos a 36 mujeres, tenía una listas enorme de enamoradas una vez que lo arrestaron.

Hay muchos casos, como digo; para mí, el más impactante es el de Richard Ramírez, el acosador nocturno (the nightstalker). Bueno, la historia de este personaje me impacta en muchos aspectos. Él mismo reconocía que cuando estaba libre era un vagabundo al que todo el mundo rechazaba, y que cuando lo encarcelaron se convirtió en una especie de estrella. Las mujeres se agolpaban a las puertas de la prisión suplicando que le dieran cita para verlo. Se peleaban entre ellas a muerte. Richard tenía que hacer selección para decidir a quién veía cada vez. Recibía cientos de cartas semanales con fotos de mujeres desnudas y mil proposiciones.

Hubo dos de ellas que fueron especialmente importantes para él, (aunque les daba alas a todas). Una de estas fue elegida como suplente de los miembros del jurado que tenían que decidir su veredicto. Ella se enamoró perdidamente de él. Cuando uno de los jurados titulares tuvo que dejar el juicio, ella fue seleccionada para cubrir su puesto y ni siquiera se molestó en ocultar en la sala lo feliz que estaba, ya que así podría ayudar a Richard. En realidad no pudo, se había cargado a 14 personas y la verdad es que no se había molestado demasiado en no dejar pruebas que lo incriminaran. Cuando lo encarcelaron, esta tipa estudió derecho para poder ayudarlo. Gracias a eso consiguió verse con él a solas en una sala y allí se enrollaron con libertad sin tapujos.

Pero hubo una mujer que se llevó el premio gordo: Doreen Lioy. Esta fue lo bastante «lista» como para lograr llevar al codiciado asesino al altar. Se casaron legalmente en la cárcel después de años de noviazgo (siempre viéndose entre rejas). Las demás mujeres odiaban a Doreen y hasta la agredían, pero Richard seguía viendo a todas sus admiradoras. Ella le suplicaba que les dijera algo y él lo hacía, algo así como: sed buenas con Doreen. Tan tierno…

¿Por qué ella logró convertirse en su mujer? Pues quizás porque hasta el final siguió creyendo que era inocente y que le habían tendido una trampa, o quizás porque tenía un buen trabajo, dinero y le pagaba todos sus caprichos dentro de la cárcel. La cuestión es que un día Doreen desapareció de los medios. Supongo, o tengo la esperanza, de que al final abrió los ojos y se dio cuenta de quién era su marido en realidad. Imagino que el hecho de que Richard Ramírez se convirtiera en un loco obsesionado con el sexo que se pasaba todo el día masturbándose en su celda o delante de quien pillara, ayudó a que la mujer se alejara. O lo mismo fue él mismo el que la apartó, a saber.

A Ramírez se le condenó a 19 penas de muerte, pero al final murió de cáncer después de llevar 23 años en el corredor de la muerte de San Quintín. Esto podría indignar a cualquiera, pero, para este elemento, 23 años encerrado fue un castigo mucho mayor que la muerte. Ramírez no soportaba estar encerrado entre cuatro paredes.

Sé que Netflix iba a emitir un reportaje sobre él (no sé si está ya, yo no tengo Netflix), si os interesan los asesinos en serie os recomiendo que conozcáis su historia, porque Richard Ramírez era un psicópata atípico.

LOS ASESINOS DE LOS PÁRAMOS.


No es un secreto que me fascina la mente de los psicópatas y que los uso con frecuencia como inspiración para mis novelas. Con «Mientras dure la tormenta» me pasó una cosa curiosa, muchos lectores me escribisteis porque no comprendíais ni el flechazo entre los protagonistas, ni la adoración de Moira hacia Álvaro. Es una novela con mucha fantasía, sin duda, pero justo eso no lo es.

Alguien con una personalidad arrolladora es capaz de atraer a otra persona de personalidad débil y transformarla por completo. Para esta novela me inspiré un poco en los asesinos de los páramos, aunque en realidad su historia no tiene mucho que ver con la del libro.

Myra Hindley era una niñera apocada e inocente que conoció a Ian Brady en una fiesta de empresa. Los dos eran unos inadaptados con una dura infancia a sus espaldas y entre ellos surgió un auténtico flechazo. Ella se sintió atraída por su aire de mal chico y él por el virginal de ella. Myra adoraba a Ian y este no tardó en transformarla por completo. Pronto se cansaron del sexo entre ellos y decidieron darle «un incentivo», así que Myra atraía a niños y niñas hasta unos páramos, Ian los seguía y allí los violaba, torturaba y asesinaba mientras ella los grababa. Mataron a cinco chiquillos.

Myra tenía un perro al que adoraba, (por eso yo no estoy de acuerdo con lo que muchos expertos dicen acerca de que los psicópatas son incapaces de amar, creo que pueden en algunos casos y de una manera especial). Cuando la metieron en la cárcel, sacrificaron al perro solo para castigarla, ya que en Inglaterra se había abolido la pena de muerte hacía poco y no podían matarla a ella. Cuando le dijeron a Myra lo que le habían hecho a su perro ella les gritó a los policías que eran unos monstruos.

En esta foto tan entrañable de Myra con su perrillo, ella posa feliz encima de la tumba de un niño al que acababan de enterrar. Cada uno tiene su propia percepción de lo que es un monstruo, ¿no? Aun así, confieso que nunca he estado de acuerdo con lo que le hicieron al perro, que no tenía culpa de nada. Ellos también tienen su percepción de lo que es un monstruo y sus dueños jamás lo son a sus ojos.

BRUJAS, SUS ORÍGENES E HISTORIA (1ª PARTE)


¡¡Buenas tardes!!

Hoy os traigo una entrada de las que me gustan, de las que hablan de cosas curiosas y misteriosas. En verdad  no es un artículo nuevo, esta entrada ya estaba en el blog desde hace mucho, pero ahora la he rescatado, corregido y reestructurado en entradas más cortitas y amenas de leer. He decidido hacer eso con todas las entradas con más éxito del blog, porque hay mucha gente nueva por aquí y yo he cambiado mucho desde que Ecos de la distancia se creó, así que… ¡Renovarse o morir!

Como se acerca Halloween, y sabéis que me encanta, he decidido comenzar por esta. Espero que os guste.

Para aquellos que me preguntáis por las fuentes os comento que toda la información la he sacado de la red, de muchos blogs y webs y también de la gran cantidad de libros que tengo sobre el tema 🙂 Yo solo me limito aquí a hacer un pequeño resumen de aquello que más me ha llamado la atención. Si alguna información es equivocada, os animo a participar y sacarme de mi error 😉

¡Comenzamos!

Las brujas han tenido una gran importancia en el folclore y han suscitado a lo largo de los siglos fascinación y terror en igual medida. También en la actualidad, a pesar de que la lógica nos diga que las brujas son “creaciones” de las personas para buscar la causa de sus males y desgracias. De siempre se han relacionado los oscuros periodos de carencia y desgracias con la aparición de la brujería y los espíritus a los que adorar y servir.
Curiosamente, y contrario a lo que muchos creen, la idea de la brujería no apareció en la Edad Media, aunque es cierto que, a quien más y a quien menos, al hablar de brujas, le viene a la cabeza la caza, la Inquisición, hogueras, sótanos húmedos y llenos de instrumentos de tortura… Sin embargo, la brujería ya existía en la prehistoria.
Antes de la aparición de la religión cristiana, el hombre adoraba al cielo, la luna, los bosques, el sexo y los antepasados. Todo en el mundo estaba poseído de un espíritu benévolo o malvado. Ya desde el comienzo de la humanidad ha existido el miedo a la muerte, lo que dio lugar a la necesidad de creer en la continuidad de la vida más allá.

Imagen relacionada

El aquelarre, Goya

Así nació el dios cornudo, aquel que sería el dios Lug de los celtas, el Pan de los griegos, o el archiconocido Satanás de los cristianos. Y aun así, todos estos dioses son “jóvenes”, teniendo en cuenta que ya en la cueva de Ariège en Francia, puede verse una pintura representando a un dios cornudo, perteneciente a la cultura magdaleniense (al parecer la pintura es de hace unos 12000 años).
Este dios personificó a la muerte, lo tenebroso, la guerra, lo masculino. Y él dio lugar a la aparición de su antítesis: la representación femenina, la diosa de la fecundidad, fuerza creadora y regeneradora. Ella es la compañera del Cornudo y se aparea con él para dar forma al mundo. El culto a esta pareja de dioses consistía en representar su unión sexual y glorificarla.

Resultado de imagen de diosa madre

En estas primitivas comunidades se empezó a hacer una división entre los líderes religiosos: observadores de las estrellas, curanderos, profetas… Conocían los secretos de las raíces y las plantas para curar enfermedades y tratar cuestiones como la esterilidad, impotencia, etc. Debían mantenerse en contacto con los espíritus, y con las fuerzas de la naturaleza, de este modo aseguraban la protección para los suyos así como la fertilidad de sus mujeres y sus tierras.
La mujer era parte fundamental de la comunidad, y las diosas madres eran veneradas y adoradas. Sin embargo, con el transcurso de los años, se produce un giro radical, los hombres someten a las mujeres y las antiguas diosas acaban siendo diosas sumisas, esposas de los nuevos dioses guerreros.
Pero el culto a las diosas madres siguió activo, si bien oculto y secreto. Ellas aparecerán siempre como una deidad creadora de vida.

Esta es la figura que me gusta identificar con las brujas y a la que siempre he admirado: aquellas personas que conocían las plantas, las piedras, el cielo, el mar… Fue a ellas a las que quise rendir mi peculiar homenaje en «Aquel diciembre». Tanto Diego, el protagonista, como su madre y su hermana, conocían los secretos de la naturaleza y, en el siglo XVI, en Granada, ese gran don debía mantenerse oculto.

 

 

Ninguna religión monoteísta fue capaz de destronar a las diosas madre. Ni Atón, ni Jehová, ni Ahura- Mazda; Isis, Anahita, Ma, Asarté entre otras siguieron siendo adoradas, especialmente por los campesinos, dependientes de la naturaleza y la tierra.

 

 

Los que habéis leído mis libros sabéis que esto de las diosas mujeres es algo que me fascina. Así, podéis encontrar una versión muy especial de Sejmet, la diosa leona de la mitología egipcia, en “El lamento del chacal” 

 

Y, cómo no, también podréis encontrar algunos datos curiosos sobre Morrigu, la diosa celta de la muerte y la destrucción, en la trilogía “Scherzo”.

 

¿Os habéis dado cuenta de una cosa? En definitiva, tanto Sejmet como Morrigu, son la misma diosa interpretada por culturas distintas 😉 Si queréis que os hable algo más sobre ellas, solo tenéis que pedírmelo en los comentarios 😉

Y hasta aquí la entrada de hoy. En la próxima os contaré un poquito sobre la brujería en las distintas civilizaciones. Espero que os haya gustado.

Y, ya sabes, si sientes curiosidad por mis libros publicados, podrás encontrar toda la información AQUÍ o pinchando la imagen. También puedes descargar, completamente gratis, mi novela breve: «Deseos».

SEXO O NO SEXO, ESA ES LA CUESTIÓN.


MIS NOVELAS PUBLICADAS (2018)

 

¡¡Hola!!! ¿Cómo va el verdadero comienzo del otoño? Verdadero, ya me entendéis, cuando por fin hay lluvia, frío y el cielo se pone oscuro. ¡Me encanta el otoño!

Sin embargo… ¿será por culpa del otoño que ya no me apetezca el sexo? Espera, espera… esa frase puede inducir a error, aclaremos. No me apetece LEER ni ESCRIBIR sexo 😛 ¿Más claro ahora? Creo que sí. (Supongo que mi índice de lectores acaba de caer con esta aclaración xD ).

El otro día lo planteaba en Facebook y me sorprendió el aluvión de respuestas y el debate tan interesante que se generó, pero, en general, fuisteis la mayoría los que me dijísteis que, o bien también estábais cansados de sexo, o bien os gustaba solo si la historia lo pedía, y que había novelas en las que sobraba; justo lo mismo que pienso yo 🙂

Es curioso cómo al parecer yo tenía una visión equivocada con respecto a las preferencias de los lectores de novela romántica, porque en ocasiones me he sentido un pelín forzada a escribir el sexo de manera explícita (eso sí, siempre con mucha elegancia, o eso me dicen, cumplido que yo acepto con mucha satisfacción jajaja).  Y ¿por qué sentía que debía hacerlo? Solo porque estaba convencida de que era lo que esperaba la mayoría de los lectores. Así, confieso que en «Hecho en el Cielo», publicada con Ediciones Kiwi, metí escenas de sexo que no me apetecían y no me pegaban para nada (a mi más fiel lectora cero tampoco le gustaron, pero yo no la escuché porque creí que debían estar).

Cuando escribía «Aquel diciembre», publicada por Harlequin Ibérica, me planteé la misma duda, pero, en esta ocasión, decidí arriesgar y seguí mi instinto. Sexo sí, y amor del bueno, pero no había necesidad de describirlo, me bastaba con decir que había exisitido porque así me lo pedía la historia.

(Por favor, mirad qué carita tiene Inés, ¿cómo la iba yo a poner a hacer guarreridas???? xD ).

Pues bien, os confieso que tenía mis dudas sobre si llegaría o no a calar en el lector solo por ese detalle, y me daba una pena tremenda, porque es una historia preciosa en la que he invertido mucho tiempo y trabajo (no veas la de documentación que lleva 😛 ).

Por suerte, no fue así. «Aquel diciembre» está gustando bastante a aquellos que se están adentrando en él 😉 Y no sabéis bien cómo me alegro de ello. Se ve que, aunque el sexo siempre venda y sea un tema recurrente y, por supuesto, apetecible, no siempre es el patrón a seguir para elegir leer un libro romántico.

Bueno, supongo que hay que tener en cuenta que mi cuenta de Facebook no es precisamente una población objeto de estudio muy amplia, pero a mí me valió como ejemplo.

Aun así, a pesar de todo, las novelas eróticas o con sexo explícito se siguen vendiendo muchísimo (no sé si más, tampoco es que me haya puesto yo a hacer un estudio al respecto).

Maestro Roshi Mareado En El Suelo GIF - Mareado Mareo Borracho GIFs

Sea como sea, a mis 41 años recién cumplidos (¡y qué estupenda estoy, oigan!), he decidido que, aunque siempre hay que dejarse llevar un poquito por las preferencias del lector, voy a tratar de seguir mi instinto y creer un poquito más en mí 😉

¿Y vosotros, qué opináis? ¿Sexo o no sexo? 😉

¡¡¡Hasta la próxima!!!

Si quieres saber un poco más sobre mis libros puedes obtener toda la información AQUÍ o pinchando la imagen.

 

 

AQUEL DICIEMBRE


A LA VENTA EN TODAS LAS PLATAFORMAS DIGITALES.

«Aquel diciembre» es mi nueva novela, publicada el 8 de julio. Y es nueva en un montón de sentidos: nueva porque es la primera vez que no encontraréis nada de fantasía en ella (aunque se habla de brujas, pero de otro tipo 😉 ), nueva porque es mi primera novela que publico con editorial Harlequin y nueva porque es la primera vez que solo publicaré en digital.

Se trata de una historia de aventuras, injusticias, locura y, por supuesto, amor en la Granada de 1568, en aquel diciembre en el que dio comienzo uno de los espisodios más sangrientos de nuestra historia: La rebelión de los moriscos en las Alpujarras.

No me voy a poner cansina en esta entrada, si me seguís en facebook podéis conocer mucho más de esta historia pues estoy mucho más activa en ese medio. Os dejo la sinopsis y espero que os pique el gusanillo 😉

Os dejo también el enlace de compra en Amazon, aunque lo podéis conseguir en todas las plataformas digitales del mundo mundial 🙂

Y, recordad, si leeis un libro y os gusta, recomendadlo;  y, tanto si os gusta como sino, no os olvidéis de dejar vuestra opinión donde otros lectores puedan verla, así ayudaréis a que los libros no mueran (y los autores no nos perdamos en la invisibilidad de internet 😉 ). ¡Gracias!!

AQUEL DICIEMBRE EN AMAZON

 

SINOPSIS:

Tras recibir un mensaje urgente, Diego Narváez parte desde Motril hacia el pequeño pueblo granadino de Tablate para reunirse con su hermana y su madre. Alguien ha acusado a esta de brujería, complicando aún más su ya delicada situación como morisca en aquellos años de represión.

Para ponerla a salvo de aquella falsa acusación, Diego se verá en la necesidad de ocultar a su hermana en un convento, donde conocerán a Inés, una patosa postulante que se convertirá en una gran amiga para la muchacha, y en una contrincante de divertidas batallas verbales para el malhumorado Diego.

Sin embargo, en lugar de encontrar la paz que buscaban, descubren que aquel convento guarda una oscura relación con el monstruo humano que lleva meses secuestrando personas y abandonando cadáveres a lo largo del Valle de Lecrín.

De la noche a la mañana, Diego, Inés y su amigo, el joven jardinero Rodrigo, se verán involucrados en una inexplicable caza de brujas que los llevará a emprender una constante huida por la turbulenta Granada de aquel diciembre de 1568, teniendo como telón de fondo el inicio de uno de los episodios más sangrientos de la historia de España: la rebelión de los moriscos en Las Alpujarras.

 

Podéis encontrar información completa de todos mis libros publicados AQUÍ